He colaborado con revista Paula, siento cercanía con su línea editorial y estética, estoy convencida que fue en su origen, rupturista y aquí expongo por qué:
Los medios impresos, pueden convertirse en patrimonio visual y revista Paula es sin duda un ejemplo de ello. Durante la década de 1960, la sociedad chilena experimentaba profundas transformaciones políticas y culturales relacionadas al aumento de la visibilidad de las mujeres en la sociedad.
Algunas de esas transformaciones fueron materializadas con una nueva mirada por Paula, fundada en 1967 por Roberto Edwards y su primera directora Delia Vergara, quienes tuvieron la visión de re pensar a la mujer en un momento en que las publicaciones dirigidas a este segmento, centraban su línea editorial en la promoción de la imagen de “dueña de casa” “madre abnegada” y “esposa fiel” cuestión que cambiaría radicalmente en la próxima década, impulsando y situando a la mujer en roles femeninos modernos.
Un aspecto que creo fundamental y que se dió en la revista para promover el cambio, fue el desarrollo de un nuevo periodismo que ampliaba los asuntos de interés, promoviendo la emancipación de la mujer, al proponer entre otros temas, el uso de la píldora anticonceptiva y de la mini falda como un estado mental. Acercándose a un público joven con nuevas aspiraciones culturales, familiares y profesionales.
Un nombre que aportó en la construcción de este nuevo periodismo fue Isabel Allende, narradora y Premio Nacional de Literatura (2010) quién abordó con una línea informada y desafiante, temas relacionados con el matrimonio, la familia, la política y el trabajo de las mujeres, además de la discusión pública sobre sexualidad, control de la natalidad y maternidad.
En cuanto a moda, tema que me apasiona, las editoriales de Paula, fueron igualmente importantes y complemento de la coyuntura expuesta, proponiéndo modelos estéticos más diversos, que se relacionaban con las nuevas tendencias ligadas al orden político y cultural imperante.
Con estos acercamientos Paula, logró hacer accesible a las mujeres de clase media y alta las nuevas manifestaciones culturales que se alejaban de la moda conservadora que hasta el momento se había impuesto, además de convertirse en una vitrina para nuevos diseñadores nacionales que estaban poniendo el ojo en el registro visual local, uno de ellos: Marco Correa (1943 – 1992) con obra suficiente para una próxima columna.
Editorial, Paula Número 1, julio 1967
“PAULA -creemos- responde a la necesidad de la mujer chilena de contar con una revista moderna que satisfaga su gusto por las cosas lindas, su inquietud por lo que está pasando, y que plantee con seriedad y valentía sus problemas e interrogantes.
El mundo de la mujer latinoamericana ha cambiado. Ya no está reducida a las agujas de coser, las recetas de cocina y los pañales de guagua. Ahora su mundo es el mundo entero. Fuera del hogar diseña casas, pelea juicios en los tribunales, firma cheques, produce, influye en política, enseña en la universidad, es cirujano, periodista, y hace noticia. Pero al participar en todas esas actividades que eran feudo de los hombres no se ha vuelto hombre. Sigue y seguirá siendo dueña de casa, madre y un poco frívola.
Desempeña los nuevos papeles que le corresponden en la sociedad moderna manteniendo su feminidad. Feminidad que también ha evolucionado junto con la situación de la mujer. Feminidad que hoy día le ha dado su nueva personalidad, libre, inquieta, astuta, y siempre mujer. Feminidad moderna que exige más… y que PAULA se lo quiere dar.”
Fotos:
Registro personal Coca Ruiz
Link foto portada: http://seminariografica.uchilefau.cl/?p=422