Un paréntesis para responder a esta pregunta con la que me he topado varias veces en el ejercicio de mi profesión ¿Cuál es la diferencia entre interiorismo y decoración? Aunque el límite parece difuso son actividades claramente diferenciadas.
Desde la prehistoria existe el interés por la expresión. La aplicación de colorantes vegetales y minerales a los muros de las cavernas, representa de algún modo, la necesidad del hombre de intervenir su espacio vital. Cuando desarrollamos nuestra capacidad creativa y cognitiva, empezamos a ver el espacio interior como algo más que un simple refugio y entendemos que afecta nuestra cotidianidad.
Cuando nos enfrentamos a la tarea de intervenir un espacio, surge el interés de contar con el asesoramiento de profesionales que nos ayuden a entender el espacio como conjunto y a identificar los elementos y las principales variables del manejo espacial.
Pero… ¿qué necesitamos: un interiorista o un decorador?… ¿No es lo mismo?…
la respuesta es no.
Ambas disciplinas intervienen el espacio interior pero de manera muy diferente y la respuesta es simple: el interiorista construye el espacio y el decorador interviene en el espacio ya construido.
El decorador tiene la capacidad de leer el espacio, estudia las dimensiones, la luz, los materiales, las texturas, las terminaciones, el mobiliario y demás elementos que son constituyentes del espacio y los trata superficialmente, con la finalidad de generar un determinado ambiente o un determinado estilo.
El interiorista, tiene una función más profunda que se enfoca principalmente en la modificación estructural y en la distribución del espacio y no únicamente en aspectos estéticos. Aplica soluciones técnicas y creativas, para mejorar y facilitar la calidad de vida y el contexto habitual de los habitantes, tiene la capacidad de cambiar la estructura, la función y la distribución total de un espacio modificando muros, instalaciones y materiales.
Un interiorista generalmente se involucra con el arquitecto en el proyecto desde el principio a diferencia del decorador que no participa en la construcción de la obra. El interiorismo es, por lo tanto, un punto intermedio entre la arquitectura y la decoración.
Por lo tanto, aunque el objetivo de las dos disciplinas es el mismo: identificar y aprovechar al máximo los potenciales del espacio incrementando las ventajas del lugar y eliminando las desventajas, éstos no trabajan de la misma forma ni con los mismos recursos.
Links:
Diseño de interiores. Un manual. de Francis D. K. Ching, y Corky Binggeli
Bajo el sello inconfundible del maestro del dibujo arquitectónico Francis D. K. Ching, este manual proporciona una magnífica introducción al diseño del espacio interior a través de explicaciones gráficas muy accesibles. En la primera parte del libro, el lector se adentrará en los fundamentos y especificidades del espacio interior y de su diseño, entrando en contacto con cuestiones como las estructuras, las formas y los elementos básicos del espacio interior, así como el proyecto de diseño y la representación visual de los trabajos de interiorismo. En la segunda parte, los autores se detienen en cada uno de los elementos del diseño (desde los elementos estructurales, hasta los acabados y el mobiliario) para explorar sus características funcionales, expresivas y estéticas.
http://www.interiordesign.net
Una completa y renovada guía de novedades para la práctica del interiorismo.