Nos gusta conocer la historias detrás de los barrios, en esta oportunidad nuestros amigos de La Casa de Juana nos cuentan sobre el Vaticano Chico, llamado así debido a que las calles que lo cruzan tienen nombres de sacerdotes con rango de Obispos, Cardenales, Monseñores y Presbíteros.
En el cuadrante comprendido entre las avenidas Condell, Seminario, Providencia y Rancagua, muy cerca de la Plaza Italia, del puente Racamalac (o de “los enamorados”) y del Museo de Los Tajamares, se formó un barrio con identidad, calmo y de arquitectura clásica.
Fue uno de los primeros formados luego del Santiago fundacional, hacia el oriente. Es el llamado Barrio “Vaticano Chico”, debido a que las calles que lo cruzan tienen nombres de sacerdotes con rango de Obispos, Cardenales, Monseñores y Presbíteros.
Cerca y lejos del ruido al mismo tiempo, pues una agitada Avenida Providencia rodea un espacio quitado de bulla, donde la arquitectura clásica y moderna del siglo pasado reflejada en edificios de pocos pisos y casas con antejardín, patio y piso de parqué, se quedaron ahí detenidas para disfrutar áreas verdes, árboles más antiguos que el propio barrio, espacios públicos, calles curvas, una bella Iglesia, un antiguo palacio; y tener a la mano cafeterías, heladerías, lavaseco, abarrotes, panadería, florería y tienda de bicis.
Seminario Conciliar
Hasta 1955, en este cuadrante se encontraba el Seminario Conciliar, uno de los principales centros educacionales de Chile y el tercero más antiguo de América, cuyos terrenos posteriormente se lotearon y dieron origen al barrio. Esta casa de formación sacerdotal funcionó en un inicio (1584) en la cuadra de la Catedral. Luego en el siglo XVII estuvo emplazada frente a la parroquia Santa Ana por cerca de 200 años. En el siglo XVIII se compran los terrenos en Providencia, bajo la rectoría de Monseñor Joaquín Larraín Gandarillas, quien mandó construir dentro de éste una piscina y una cancha de fútbol: la primera en Chile. En agosto de 1929 el Seminario logra el título de Pontificio. A partir de 1955 se va a Apoquindo; en 1971, a Puente Alto, y en 1977 a La Florida.
En la calle Rodolfo Vergara 0252, a pasos de avenida Providencia, se emplaza majestuosamente la Parroquia de los Santos Ángeles Custodios, formando una cuadra triangular junto a las calles Obispo Pérez de Espinosa y Monseñor Müller.
En 1884, Monseñor Mariano Casanova ordenó construir este templo al arquitecto italiano Ignacio Cremonesi, quien también estuvo a cargo de la restauración de la Catedral de Santiago, la construcción de la Iglesia de San Isidro y de la Iglesia de la Preciosa Sangre, en el barrio Brasil, entre otras obras.
La edificación de tres naves, dos torres, una cúpula central sobre una planta con forma de cruz latina, y de estilo románico constituye la puerta de entrada al Barrio Vaticano Chico. Entrar y perderse en la belleza de sus pinturas románticas y vitrales franceses es inevitable. Lo mismo, apreciar el altar en mármol, ónix y lapislázuli. Dado el nombre del Seminario Conciliar de los Santos Ángeles Custodios, este templo recibió el nombre de Iglesia de los Santos Ángeles Custodios. Es muy frecuente que todos los sábados en la tarde, se esté preparando una boda a realizar en este hermoso lugar, que en enero de 1990 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Ex Palacio Droguett: de Casa de Cristal a Centro de Innovación
Mirando a la Iglesia, justo enfrente a la derecha, se emplaza la edificación del ex Palacio Droguett (construido en 1931), posterior Casa de Cristal, hoy Centro de Innovación y Negocios de una empresa grande de telecomunicaciones. Antes de 2011, estuvo por años recibiendo a los invitados de eventos como por ejemplo los propios bautizos y matrimonios celebrados en la Iglesia, que podían llegar a 450.
La administración de este ex centro de eventos señalaba que cuando no existía mayor oferta de este tipo de espacios, sobretodo en la década de los 90’, fue el mejor lugar de la ciudad de Santiago.
Entre 1949 y 1957 esta casa perteneció a Jaime Larraín García-Moreno, senador del Partido Nacional, la que fue diseñada por su hermano Sergio Larraín, el mismo arquitecto de la edificación en calle Merced frente al Cerro Santa Lucía, denominada “Edificio Barco”. Sus hijos quisieron venderla, pero una de ellas Elena Larraín, casada con Arturo Droguett compraron las partes y partieron con este centro de eventos y convenciones que ya es parte de la historia de la ciudad.
Vida de Barrio con estilo francés, cerquita de la Cultura y el Ocio
Por las calles del Vaticano Chico caminan familias jóvenes, adultos y adultos mayores, solos o que pasean sus mascotas de compañía, que disfrutan de sus áreas verdes, como lo son la plaza José Manuel Barros, al costado poniente de la Iglesia, y también la plaza Bernarda Marín, más cerca de la calle María Luisa Santander.
Además se destacan algunos conjuntos de departamentos con amplios espacios comunes, decorados de mosaicos, y áreas verdes compartidas, en las que también se celebran cumpleaños.
Algunos de sus habitantes reconocen ciertos rincones de las edificaciones, balcones y paisajes verdes de París, entre sus calles.
Además, aún hay conjuntos de casas de estilo clásico de los años 40’ que tienen un antejardín y patio, en medio de un entorno poco ruidoso, que aún permite tener un barrio a escala humana.
Muy cerca por la avenida Condell se encuentra el consulado francés. Y a solo pasos se puede disfrutar de la programación del, del sistema de bibliotecas públicas municipales, del Teatro de la Universidad de Chile, y de áreas verdes más extensas como el Parque Balmaceda y Bustamante.
Barrio con deseos de convertirse en Zona Típica o de Conservación Histórica
Muchas personas quieren vivir en este barrio céntrico y de belleza arquitectónica. Además, hay una nueva oferta hotelera y gastronómica que llega a instalarse, como un restaurante francés y un hotel boutique sustentable, con cava de vinos.
Sus habitantes quieren preservar la vida de barrio y protegerse del crecimiento monstruoso de edificaciones altas y estacionamientos, que muchas veces los planos reguladores comunales permiten y destruyen la armonía lograda. Así, las especies arbóreas autóctonas que constituyen patrimonio natural de este barrio y que se sitúan ahí desde los tiempos del Seminario, podrían estar mejor resguardadas.
Ya en Providencia existen ocho zonas de conservación: las calles Keller y Viña del Mar, las poblaciones de la Caja del Seguro Obrero, William Noon y León XIII.
Por ello, el barrio Vaticano Chico con toda su historia, patrimonio, belleza y estilo de vida es un clásico de la antigua comuna de Providencia, pero también de la actual.
Es tan hermoso el barrio y lo único que lo empaña es la delincuencia que anda suelta… quienes vivimos ahí, estamos inquietos de que nos roben los autos, que entren a los departamentos tocando los citófonos para ver quien cae, etc…
ojalá alguien se hiciera cargo de esto, ¿cómo?…
Que buenas fotos
Hola,
Parroquia de los Santos Ángeles Custodios, formando una cuadra triangular junto a las calles Obispo Pérez de Espinosa y Monseñor Müller. La Calle Se llama Monseñor Miller, por Miguel Miller Santibañez y no Müller.